Clara y sucinta exposición del pequeño catecismo, año
de 1819 por autor anónimo, en la ciudad de Puebla impreso en la Oficina del
Oratorio de San Felipe Néri.
Introducción
y transcripción: Isis Zempoalteca Chávez.
Año: 2015.
Desgraciadamente
no se cuenta con dato alguno sobre el autor o autores, pero ha sido importante
incluirlo en el repertorio de textos bilingües que refieren a los catecismos o
doctrinas cristianas. Quién o quiénes redactan el libro expresan que se trata
de una “breve exposición del pequeño catecismo vulgar impreso en mexicano,
cuyas peguntas y respuestas hacen la división y texto de este opúsculo, para
que les pueda servir de libro general en las escuelas”. Otro dato importante
“me parece, si mal no me engaño, que no dista mucho mi método del que nos prescribe
el G. P. S. Agustín en su utilísimo libro De
Catechizandis Rudibus. Yo suplico
á todos los principiantes que quieran progresar en materia tan interesante,
lean el citado libro extractado y nobilísimamente expuesto por el R. P. Fr.
Francisco Marín, Agustiniano, en el primer tomo de su obra verdaderamente
magistral Lecciones de Teología Pastoral para instrucción de los
Párrocos; y la otra no menos útil de D. Jacinto Bejarano Sentimientos patrióticos que un
Cura de aldéa inspira á sus
feligreses”.
El
contenido del texto se divide en 24 preguntas generales con sus respuestas
sobre los principales misterios de la fe y las obligaciones que todo cristiano
debe seguir, se establece como objetivo principal del mismo la instrucción de
los indios.
Durante
los primeros años de la evangelización en América se utilizaron diversas
estrategias para la catequización de los indios, ya utilizadas previas al siglo
XVI, en opinión de algunos investigadores, tanto en España como en el resto de
Europa anteriores al descubrimiento del nuevo mundo. Durante este periodo los Catecismos o Doctrinas, fueron textos dirigidos principalmente para la
conversión de los indígenas, o bien para el uso y enseñanza de los propios
misioneros; se sabe que estos textos “breves o largos” se usaban en España y en
los demás países europeos desde siglos atrás.
José
Sánchez Herrero, resume en cuatro fases la evolución de estos textos: a) La
catequesis y alfabetización en la Península Ibérica, y especialmente, en
Castilla, durante los siglos XV y XVI; b) La catequesis realizada con los judíos
y musulmanes en Castilla durante el siglo XV, y, especialmente, con
posterioridad a 1492; c) La obra catequética realizada por las Órdenes
Religiosas que van a pasar al Nuevo Mundo: franciscanos, dominicos y agustinos,
con anterioridad a su descubrimiento y d) El siglo XVI hispano, “siglo de los
catecismos” o “doctrinas cristianas”.
Partiendo
de lo anterior, en la primera fase de reorganización de la población ante la
nueva cultura, que incluía la idea fundamental de conversión y salvación de las
almas de los indios, se dieron a la tarea los religiosos: franciscanos,
dominicos, agustinos etc, de recurrir a los modos ya utilizados; haciéndolos
útiles y prácticos, aprendiendo y traduciendo simultáneamente al sometimiento
político, militar y social de los pueblos, desde las Antillas hasta el mismo
continente. La enseñanza a través de la
misma lengua nativa, trajo consigo el aprendizaje intensivo de la lengua, no
solo la oral (predicación) sino la escrita (traducción), que serviría
rápidamente para el uso y reproducción de los textos necesarios para tal
propósito.
Los principales instrumentos de predicación y
enseñanza tanto para el aprendizaje de las letras y de la escritura, como para
la catequesis y educación eran: 1) catecismos y doctrinas (oraciones, preceptos
y verdades esenciales del cristianismo); 2) gramáticas y vocabularios; 3)
confesionarios y sacramentarios; y 4) sermonarios (con platicas para las
fiestas anuales, además de recomendaciones y consejos valiosos). “Poco a poco
estos elementos de educación y enseñanza dejan de ser meramente prácticos, para
convertirse en verdaderos estudios lingüísticos desde un punto de vista
gramatical, léxico y general”. (Actas del
II Congreso. La Rábida, 1987, p. 574).[1]
¿Qué
es un catecismo o doctrina cristiana, término que de manera general se utiliza
para indicar un escrito referente a la educación e instrucción de la fe
cristiana? El primero se refiere de manera general a la enseñanza memorística
más rudimentaria de las oraciones como: el Credo, Padre nuestro y Ave María
etc; el segundo: “la doctrina cristiana incluye explicaciones integradas al
libro y pueden estar distribuidos con un sistema interrogativo o explicativo,
por la extensión o brevedad y por razón de sus destinatarios: niños, muchachos
o adultos, y también: sacerdotes, confesores, frailes, misioneros, etc.
Recuérdese que quien lo leía y enseñaba era el clérigo y la mayoría de la
población era analfabeta.”[2]
El
origen de los catecismos o doctrinas cristianas es medieval, responde a
planteamientos teológicos y se aplica en la pastoral popular. En el siglo XV
estos instrumentos fueron modificados por las circunstancias históricas de las
ideas y las políticas de la época. Hay que tomar en cuenta que al “principio”
de la aparición del catecismo como instrumento de pastoral el objetivo era
transmitir la doctrina a los nacidos en el contexto ya cristianizado; pero para
la época del siglo XVI ya había habido la experiencia de aunar a los
catecismos, vocabularios y gramáticas cuando se dio el caso de enseñar la doctrina
a los pueblos que no hablaban el idioma de los evangelizadores. Fue ese el
problema que hubo en la transmisión del evangelio en América, pero “existía la
experiencia de alfabetización de Castilla, y la catequización de los musulmanes
en los siglos XV y XVI”.[3]
Es
por ello, que referirse al contenido de los catecismos o doctrinas, en la
mayoría de las ocasiones se tiende a hacerlo de forma genérica, significando
que cada uno, a reserva del autor, son parecidos en su contenido, pero en su
explicación y estructura no; el primero se distingue por ser concreto,
memorístico y basado en preguntas y respuestas sobre temas concretos de la fe,
dirigida casi siempre a los fieles; y el segundo aunque contiene lo anterior,
se basa en explicaciones compleja y extensa de los mismos puntos; haciéndose la
distinción en doctrinas largas o breves, las primeras dirigidas a los
sacerdotes, párrocos y estudiantes; las segundas se aplican a los conversos que
han “comprendido” la fe.
Es
necesario aclarar, por último, que la transcripción se hizo bajo las normas de
las Ediciones Sup-infor, que tiene como finalidad fundamental el conocimiento
lingüístico de las lenguas amerindias, particularmente de los vestigios
impresos de la lengua nahua. Importante señalar que, como base del siguiente
trabajo se empleo la edición de Clara y
sucinta exposición del pequeño catecismo […] que forman parte del acervo de
la Biblioteca John Carter Brown, de Providence, Estados Unidos de América,
reproducida en formato pdf para la web. Se respetaron los caracteres
tipográficos y separación de sílabas y palabras del autor, así mismo se
colocaron todos los acentos: agudos, graves y circunflejos utilizados. En el
caso de los tipos no usados en la actualidad para la señalización de las
silabas abreviadas, en las que se colocaron delante de cada una de ellas, como
ejemplo de q^ para designar “que” o d^ en el caso de “de” u otros. Así mismo se
colocaron en dos columnas los textos: tanto la versión castellana como su
correspondiente traducción en el caso de no existir en la edición original,
para la mejor comprensión y correlación.
[1] Georges L. Bastin y Laura Pérez Arreaza, Histal. Las traducciones franciscanas en Venezuela: entre la práctica y la teoría. Université de Montréal, Canada. sin numero de pagina.
[2] Tesis de Araceli Aguirre Aguirre. UNAM, 2005, El suplemento de la doctrina cristiana mas cierta y verdaderos … (1546) de Fray Juan de Zumárraga, reformas franciscanas hispanas, devotio moderna, y philosofia christi en la evangelización de México. pp. 33
[3] Ibid. Pp. 33-36