Catecismo en lengua mexicana y española, breve y muy
compendioso, para saber la doctrina cristiana y enseñarla, del año de 1577 por
fray Juan de la Anunciación, impreso en la ciudad de México por Antonio
Ricardo.
Introducción
y transcripción: Isis Zempoalteca Chávez.
Año:
2015.
Fray Juan de
la Anunciación (1514-1594). Nació en la ciudad de Granada, Andalucía, pasando a
la de México, donde alrededor de 1554 tomó el hábito religioso de la orden de
San Agustín, recién fundada la provincia del Santísimo Nombre de Jesús, en la
que destacó por su celo en la conversión e instrucción de los indios. Gobernó
con prudencia y sabiduría los conventos de Puebla y México, llegando a ser
definidor de su orden en dos ocasiones. Cuando fue rector del Colegio de San
Pablo de México fomentó el estudio de las ciencias. Escribió: Doctrina cristiana […] compuesta en mexicano y castellano, impresa
en México en 1575; Sermonario en lengua
Mexicana, impresa en 1577, año en que también se imprimió su Catecismo en lengua mexicana y española
que a continuación se presenta.
José
Sánchez Herrero, resume en cuatro fases la evolución de estos textos: a) La
catequesis y alfabetización en la Península Ibérica, y especialmente, en
Castilla, durante los siglos XV y XVI; b) La catequesis realizada con los
judíos y musulmanes en Castilla durante el siglo XV, y, especialmente, con
posterioridad a 1492; c) La obra catequética realizada por las Órdenes Religiosas
que van a pasar al Nuevo Mundo: franciscanos, dominicos y agustinos, con
anterioridad a su descubrimiento y d) El siglo XVI hispano, “siglo de los
catecismos” o “doctrinas cristianas”.
Partiendo
de lo anterior, en la primera fase de reorganización de la población ante la
nueva cultura, que incluía la idea fundamental de conversión y salvación de las
almas de los indios, se dieron a la tarea los religiosos: franciscanos,
dominicos, agustinos etc, de recurrir a los modos ya utilizados; haciéndolos útiles
y prácticos, aprendiendo y traduciendo simultáneamente al sometimiento
político, militar y social de los pueblos, desde las Antillas hasta el mismo
continente. La enseñanza a través de la
misma lengua nativa, trajo consigo el aprendizaje intensivo de la lengua, no
solo la oral (predicación) sino la escrita (traducción), que serviría
rápidamente para el uso y reproducción de los textos necesarios para tal
propósito.
Los
principales instrumentos de predicación y enseñanza tanto para el aprendizaje
de las letras y de la escritura, como para la catequesis y educación eran: 1)
catecismos y doctrinas (oraciones, preceptos y verdades esenciales del
cristianismo); 2) gramáticas y vocabularios; 3) confesionarios y
sacramentarios; y 4) sermonarios (con platicas para las fiestas anuales, además
de recomendaciones y consejos valiosos). “Poco a poco estos elementos de
educación y enseñanza dejan de ser meramente prácticos, para convertirse en
verdaderos estudios lingüísticos desde un punto de vista gramatical, léxico y
general”. (Actas del II Congreso. La
Rábida, 1987, p. 574).[1]
¿Qué
es un catecismo o doctrina cristiana, término que de manera general se utiliza
para indicar un escrito referente a la educación e instrucción de la fe
cristiana? El primero se refiere de manera general a la enseñanza memorística
más rudimentaria de las oraciones como: el Credo, Padre nuestro y Ave María
etc; el segundo: “la doctrina cristiana incluye explicaciones integradas al
libro y pueden estar distribuidos con un sistema interrogativo o explicativo,
por la extensión o brevedad y por razón de sus destinatarios: niños, muchachos
o adultos, y también: sacerdotes, confesores, frailes, misioneros, etc.
Recuérdese que quien lo leía y enseñaba era el clérigo y la mayoría de la
población era analfabeta.”[2]
El
origen de los catecismos o doctrinas cristianas es medieval, responde a
planteamientos teológicos y se aplica en la pastoral popular. En el siglo XV
estos instrumentos fueron modificados por las circunstancias históricas de las
ideas y las políticas de la época. Hay que tomar en cuenta que al “principio” de
la aparición del catecismo como instrumento de pastoral el objetivo era
transmitir la doctrina a los nacidos en el contexto ya cristianizado; pero para
la época del siglo XVI ya había habido la experiencia de aunar a los
catecismos, vocabularios y gramáticas cuando se dio el caso de enseñar la
doctrina a los pueblos que no hablaban el idioma de los evangelizadores. Fue
ese el problema que hubo en la transmisión del evangelio en América, pero
“existía la experiencia de alfabetización de Castilla, y la catequización de
los musulmanes en los siglos XV y XVI”.[3]
Es
por ello, que referirse al contenido de los catecismos o doctrinas, en la
mayoría de las ocasiones se tiende a hacerlo de forma genérica, significando
que cada uno, a reserva del autor, son parecidos en su contenido, pero en su
explicación y estructura no; el primero se distingue por ser concreto,
memorístico y basado en preguntas y respuestas sobre temas concretos de la fe,
dirigida casi siempre a los fieles; y el segundo aunque contiene lo anterior,
se basa en explicaciones compleja y extensa de los mismos puntos; haciéndose la
distinción en doctrinas largas o breves, las primeras dirigidas a los
sacerdotes, párrocos y estudiantes; las segundas se aplican a los conversos que
han “comprendido” la fe.
Es
necesario aclarar, por último, que la transcripción se hizo bajo las normas de
las Ediciones Sup-infor, que tiene como finalidad fundamental el conocimiento
lingüístico de las lenguas amerindias, particularmente de los vestigios impresos
de la lengua nahua. Importante señalar que, como base del siguiente trabajo se
empleo la edición de Catecismo en lengua
mexicana y española, breve y muy compendioso, que forman parte del acervo
de la Biblioteca John Carter Brown, de Providence, Estados Unidos de América en
formato pdf para la web. Se respetaron los caracteres tipográficos y separación
de sílabas y palabras del autor, así mismo se colocaron todos los acentos:
agudos, graves y circunflejos utilizados. En el caso de los tipos no usados en
la actualidad para la señalización de las silabas abreviadas, en las que se
colocaron delante de cada una de ellas, como ejemplo de q^ para designar “que”
o d^ en el caso de “de” u otros. Así mismo se colocaron en dos columnas los
textos: tanto la versión castellana como su correspondiente traducción en el
caso de no existir en la edición original, para la mejor comprensión y
correlación. Se suprimieron los textos iniciales que dictan las licencias y
únicamente se considero del total de libro la parte bilingüe que corresponde al
catecismo.
[1] Georges L. Bastin y Laura Pérez Arreaza, Histal. Las traducciones franciscanas en Venezuela: entre la práctica y la teoría. Université de Montréal, Canada. sin numero de pagina.
[2] Tesis de Araceli Aguirre Aguirre. UNAM, 2005, El suplemento de la doctrina cristiana mas cierta y verdaderos … (1546) de Fray Juan de Zumárraga, reformas franciscanas hispanas, devotio moderna, y philosofia christi en la evangelización de México. pp. 33
[3] Ibid. Pp. 33-36