Manual mexicano de la administración de los santos
sacramentos, conforme al Manual Toledano, del año de 1634 por Francisco de
Lorra Baquio, editado en México por la imprenta de Diego Gutiérrez.
Introducción
y transcripción: Isis Zempoalteca Chávez.
Año: 2015.
Durante los
primeros años de la evangelización en América se utilizaron diversas
estrategias para la catequización de los indios, ya utilizadas previas al siglo
XVI, en opinión de algunos investigadores, tanto en España como en el resto de
Europa anteriores al descubrimiento del nuevo mundo. Durante este periodo los Catecismos o Doctrinas, fueron textos dirigidos principalmente para la
conversión de los indígenas, o bien para el uso y enseñanza de los propios
misioneros; se sabe que estos textos “breves o largos” se usaban en España y en
los demás países europeos desde siglos atrás.
José
Sánchez Herrero, resume en cuatro fases la evolución de estos textos: a) La
catequesis y alfabetización en la Península Ibérica, y especialmente, en
Castilla, durante los siglos XV y XVI; b) La catequesis realizada con los
judíos y musulmanes en Castilla durante el siglo XV, y, especialmente, con
posterioridad a 1492; c) La obra catequética realizada por las Órdenes
Religiosas que van a pasar al Nuevo Mundo: franciscanos, dominicos y agustinos,
con anterioridad a su descubrimiento y d) El siglo XVI hispano, “siglo de los
catecismos” o “doctrinas cristianas”.
Partiendo
de lo anterior, en la primera fase de reorganización de la población ante la
nueva cultura, que incluía la idea fundamental de conversión y salvación de las
almas de los indios, se dieron a la tarea los religiosos: franciscanos,
dominicos, agustinos etc, de recurrir a los modos ya utilizados; haciéndolos
útiles y prácticos, aprendiendo y traduciendo simultáneamente al sometimiento
político, militar y social de los pueblos, desde las Antillas hasta el mismo
continente. La enseñanza a través de la
misma lengua nativa, trajo consigo el aprendizaje intensivo de la lengua, no
solo la oral (predicación) sino la escrita (traducción), que serviría rápidamente
para el uso y reproducción de los textos necesarios para tal propósito.
Los
principales instrumentos de predicación y enseñanza tanto para el aprendizaje
de las letras y de la escritura, como para la catequesis y educación eran: 1)
catecismos y doctrinas (oraciones, preceptos y verdades esenciales del
cristianismo); 2) gramáticas y vocabularios; 3) confesionarios y
sacramentarios; y 4) sermonarios (con platicas para las fiestas anuales, además
de recomendaciones y consejos valiosos). “Poco a poco estos elementos de
educación y enseñanza dejan de ser meramente prácticos, para convertirse en
verdaderos estudios lingüísticos desde un punto de vista gramatical, léxico y
general”. (Actas del II Congreso. La
Rábida, 1987, p. 574).[1]
¿Qué
es un catecismo o doctrina cristiana, término que de manera general se utiliza
para indicar un escrito referente a la educación e instrucción de la fe
cristiana? El primero se refiere de manera general a la enseñanza memorística
más rudimentaria de las oraciones como: el Credo, Padre nuestro y Ave María
etc; el segundo: “la doctrina cristiana incluye explicaciones integradas al
libro y pueden estar distribuidos con un sistema interrogativo o explicativo,
por la extensión o brevedad y por razón de sus destinatarios: niños, muchachos
o adultos, y también: sacerdotes, confesores, frailes, misioneros, etc.
Recuérdese que quien lo leía y enseñaba era el clérigo y la mayoría de la
población era analfabeta.”[2]
El
origen de los catecismos o doctrinas cristianas es medieval, responde a
planteamientos teológicos y se aplica en la pastoral popular. En el siglo XV
estos instrumentos fueron modificados por las circunstancias históricas de las
ideas y las políticas de la época. Hay que tomar en cuenta que al “principio”
de la aparición del catecismo como instrumento de pastoral el objetivo era
transmitir la doctrina a los nacidos en el contexto ya cristianizado; pero para
la época del siglo XVI ya había habido la experiencia de aunar a los
catecismos, vocabularios y gramáticas cuando se dio el caso de enseñar la doctrina
a los pueblos que no hablaban el idioma de los evangelizadores. Fue ese el
problema que hubo en la transmisión del evangelio en América, pero “existía la
experiencia de alfabetización de Castilla, y la catequización de los musulmanes
en los siglos XV y XVI”.[3]
Es
por ello, que referirse al contenido de los catecismos o doctrinas, en la
mayoría de las ocasiones se tiende a hacerlo de forma genérica, significando
que cada uno, a reserva del autor, son parecidos en su contenido, pero en su
explicación y estructura no; el primero se distingue por ser concreto,
memorístico y basado en preguntas y respuestas sobre temas concretos de la fe,
dirigida casi siempre a los fieles; y el segundo aunque contiene lo anterior,
se basa en explicaciones compleja y extensa de los mismos puntos; haciéndose la
distinción en doctrinas largas o breves, las primeras dirigidas a los
sacerdotes, párrocos y estudiantes; las segundas se aplican a los conversos que
han “comprendido” la fe.
El
libro se encuentra incompleto pues le faltan los folios del 82 al 88 del texto
que llega hasta el folio 118, encontrando repetidos los folios del 89 hasta el
111.
Es
necesario aclarar, por último, que la transcripción se hizo bajo las normas de
las Ediciones Sup-infor, que tiene como finalidad fundamental el conocimiento
lingüístico de las lenguas amerindias, particularmente de los vestigios
impresos de la lengua nahua. Importante señalar que, como base del siguiente
trabajo se empleo la edición de Manual
mexicano de la administración de los santos sacramentos […], que forman
parte del acervo de la Biblioteca John Carter Brown, de Providence, Estados
Unidos de América en versión pdf para la web. Se respetaron los caracteres
tipográficos y separación de sílabas y palabras del autor, así mismo se
colocaron todos los acentos: agudos, graves y circunflejos utilizados. En el
caso de los tipos no usados en la actualidad para la señalización de las
silabas abreviadas, en las que se colocaron delante de cada una de ellas, como
ejemplo de q^ para designar “que” o d^ en el caso de “de” u otros. Así mismo se
colocaron en dos columnas los textos: tanto la versión castellana como su
correspondiente traducción en el caso de no existir en la edición original,
para la mejor comprensión y correlación.
[1] Georges L. Bastin y Laura Pérez Arreaza, Histal. Las traducciones franciscanas en Venezuela: entre la práctica y la teoría. Université de Montréal, Canada. sin numero de pagina.
[2] Tesis de Araceli Aguirre Aguirre. UNAM, 2005, El suplemento de la doctrina cristiana mas cierta y verdaderos … (1546) de Fray Juan de Zumárraga, reformas franciscanas hispanas, devotio moderna, y philosofia christi en la evangelización de México. pp. 33
[3] Ibid. Pp. 33-36