Doctrina
cristiana en lengua española y mexicana
por
los religiosos de la orden de Santo Domingo.
Transcripción
e introducción: Isis Zempoalteca Chávez.
2013.
Entre los mecanismos
desarrollados para la predicación y adoctrinamiento emprendidos por los
hermanos de la orden de Santo Domingo, a su arribo en las tierras recién
descubiertas a principios del siglo XV, se encuentra la desarrollada por el
fraile Pedro de Córdoba al redactar su obra intitulada: Doctrina
christiana para instrucción de los indios, basándola en dos principios
experimentados en su contacto con los indígenas antillanos: el aprendizaje de
su lengua y la búsqueda de formas o métodos escritos para transmitir la fe de
la nueva religión.
La intención
primaria de los dominicos al ir al Nuevo Mundo era la de convertir a los
naturales. Por tal motivo, dividieron su labor entre españoles y nativos. A los
primeros les van a auxiliar mediante la predicación, la confesión y la
corrección de sus costumbres; para los segundos, elaboraron nuevos métodos,
como la predicación basada en el ejemplo personal. Es justo en esta línea en
la que Fr. Pedro de Córdoba intuye la necesidad de explicar la predicación
sobre bases comunes, principalmente la transmisión a través de la lengua
nativa. Se planea, por primera vez, la teoría de educar a los niños en la fe y
enseñarles, posteriormente, la idea de comunicarla a sus padres. Pronto pasó
su idea a Cuba y siguió extendiéndose a las islas cercanas (San Juan, La
Margarita, Cubagua). Finalmente, saltó al continente, estableciendo puestos
evangelizadores en la costa de Venezuela[3].
Junto con sus hermanos de orden, creó escuelas de niños indígenas y españoles.
Entre todos fundaron nuevos monasterios para la predicación, espacios propicios
para tal tarea.
Importante,
recalcar que la hipótesis principal del dominico y predicador Miguel Ángel
Medina (y otros autores), es que el manuscrito de La
Doctrina o bien una copia, fue llevado a Nueva España por Fray Domingo de
Betanzos, al trasladarse de la isla de Santo Domingo a tierra firme. Y gracias a
la preocupación pastoral del obispo franciscano Fray Juan de Zumárraga y del
mismo Betanzos, en el año de 1544, confirmandose que “salía de las prensas
de Juan Cromberger en la ciudad de Méjico”, primero en lengua española y
cuatro años más tarde, en su segunda edición, en lengua española y náhuatl,
versión utilizada para esta ocasión.
Probablemente,
el breve lapso de tiempo transcurrido entre ambas ediciones se debió
principalmente a la Instrucción
establecida por Colón en donde incluía una cláusula por la que imponía a los
encomenderos la obligación de proporcionar a los indios encomendados la
necesaria enseñanza religiosa, y que “la escasez de clero obligaba a los
encomenderos a contratar laicos que cumplieran la función de doctrinar a los
indios. A tales maestros, por razón de su oficio, se les conoció con el nombre
de doctrineros, apelativo que luego se aplicó a los clérigos que se dedicaron
a dicho menester”[9].
Esta cuestión
afectaría de igual manera a Fr. Juan de Zumárraga y Domingo de Betanzos
quienes, al encontrarse con la misma escasez de instrumentos regulares o
clericales en la evangelización, impulsaron la publicación de dichas Doctrinas
que vinieran en ayuda de los “doctrineros laicos de México”.
En realidad, no
es sólo una hipótesis, pues, así lo encontramos aseverado en la edición de
1548, lo que vendría a explicar la rápida realización de otra edición, tan sólo
dos años más tarde; situación que viene a abonar el hecho de que la edición
prestó una ayuda concreta a los doctrineros laicos de Méjico[10].
El antecedente de ello se remonta al día 13 de junio de 1546, en la ciudad México,
donde se reunió una Junta de eclesiásticos y religiosos – llamada también
Congregación de Obispos-, convocada y presidida por el Visitador Tello de
Sandoval, reuniendo a los asambleístas: Zumárraga, Marroquín, López de Zárate,
Vasco de Quiroga y Bartolomé de las Casas, obispos respectivamente de México,
Guatemala, Oaxaca, Michoacán y Chiapas. También debieron estar presentes los
prelados de las órdenes religiosas, para facilitar a los naturales la instrucción
en la fe, por lo que aprobaron la redacción de dos doctrinas: una breve y otra
más extensa; acuerdo de fácil ejecución por los trabajos hechos anteriormente
en este campo por el obispo Zumárraga.
Manuscrito
antillano + adaptaciones y resumen = doctrina de 1544
Manuscrito
antillano + adaptaciones y traducción = doctrina de 1548[11]
1544: Edición 1945 Universidad
de Santo Domingo, ciudad Trujillo, facsimilar.
1544: Edición 1970. Miami.
Traducción al inglés,
1544: Edición 1984, incluida en
la obra de J. G. Durán Monumenta Catechetica Hispanoamericana.
1548: Edición 1944 de la
Biblioteca Nacional de Madrid España. En el volumen I de la Colección de
Incunables Americanos (siglo XVI)
1550: Biblioteca John Brown de
Providence y en Texas (?) [17 enero 1550]
1550: Biblioteca del Congreso de
Washington y Colección Ugarte [17 abril 1500]
Por
último, es importante referir que, para la transcripción de la presente edición,
se tuvo que sortear los mismos recurrentes problemas de otras ediciones que
sobreviven en la actualidad.
[1] Medina, Miguel Ángel, O. P. Doctrina Christiana para instrucción de los Indios. Redactada por Fr. Pedro de Córdoba, O. P. y otros religiosos doctos de la misma orden. Impresa en México, 1544 y 1548. Editorial San Esteban, Salamanca España, 1987, 443 p.
[2]
“Encendido en el deseo de la conversión de los gentiles del Nuevo Mundo,
se embarcó para la Isla de Santo Domingo por el año de 1510, y fundo la
Provincia de Santa Cruz del Orden de Predicadores. Zeloso é infatigable en
la instrucción de los Indios, fué también acérrimo declamador contra los
pecados, desórdenes y excesos de los españoles malos; y á él se atribuye
la prodigiosa mudanza del célebre Fr. Bartolomé de las Casas, que siendo
Clérigo, era encomendero de Indios, y hecho religioso Dominicano fue luego
su más invicto protector. El mismo Casas en su Historia
apologética escribe así: “El principal religioso que con zelo de
dilatar la fé católica pasó á la Provincia de Chiribichy fue un santo
varón, llamado Fr. Pedro de Córdova, dotado de toda prudencia, doctrina,
gracia señalada de predicar, y de otras muchas virtudes; y este fué el
primero que trujo y fundó la Orden de Santo Domingo en estas Indias”. En
efecto, nuestro Fr. Pedro fue el primer Vicario general de su instituto en
la América, y el primer Inquisidor de lo descubierto, y por descubrir en
ella. Fué asímismo el primero que predicó solemnemente á los españoles
é indios de la citada Isla en la infraoctava de Todos Santos. A los españoles
les predicó en presencia del Almirante Colon sobre la Gloria del Paraíso; y á los indios sobre la creación y redención del hombre. Falleció en su Convento de la
Isla Española en la víspera de San Pedro de 1525. Escribió muchos Sermones,
Memoriales al Rey, é Instrucciones,
que por falta de imprenta no llegaron á nosotros, pero se hallan en los
archivos de Sevilla y Simancas; y solo halló publicado el libro siguiente:
Doctrina cristiana para instrucción de los Indios, por manera de historia, aprobada por el M. R. Sr. Lic. Tello de Sandoval, Inquisidor y Visitador de la Nueva España. Imp. en Mégico por mandado y á costa del Illmo. Sr. Arzobispo Zumárraga, año 1545, en 4. Existe un único ejemplar que he visto en la Librería de los PP. Franciscanos de Tezcuco … en: Beristaín de Sauza, José Mariano (1816). Biblioteca Hispanoamericana Septentrional. México: UNAM, p. 97, (Biblioteca del Claustro, serie facsimilar, tomo 1).
[3] pp. 33
[4] La Doctrina Cristiana para instrucción e información de los indios por manera de historia de Fr. Pedro de Córdoba es particularmente interesante fue una de las primeras obras escritas e impresas en el nuevo continente descubierto por Colon. Además es el primer catecismo del Nuevo Mundo destinado a los indios que alcanzó gran difusión, como lo demuestran las distintas ediciones hechas a partir de la primera que data de 1544.
[5] Falta referencia
[6] En las últimas líneas del Colofón están destinadas a transmitir los deseos del Obispo Zumárraga en relación con la difusión del nuevo catecismo. Ante todo, pide que los religiosos encargados de la instrucción y conversión de los naturales, por aquel entonces franciscanos, dominicos y agustinos, “procuren de les predicar y hacer entender esta doctrina breve y llana, pues conocen su capacidad, y que tienen más necesidad de ella que de otros sermones que se les predican”. Esta recomendación se basa, por un lado, en la “gran religión, celo y letras del autor”; y por otro, en “el estilo y manera que lleva para los indios que cuadra más a su capacidad”. Al mismo tiempo, el prelado recuerda que el “mucho fruto” que se espera lograr con su empleo por parte de los misioneros, podría verse incrementado si éstos la tradujera “en lenguas de indios pues hay tantos de ellos que saben leer”, en: op cit. Medina, p. 76.
[7] Fray Alonso de Molina. Doctrina cristiana breue, traducida en lengua mexicana. 20 de junio de 1546.
[8] Juan Pablos natural de la ciudad de Brescia en Lombardía, Italia, oficial de la imprenta sevillana de Cromberger, casado con Jerónima Gutiérrez. Compra la imprenta y materiales de su ex socio (Juan Cromberger) y obtiene del virrey Mendoza el privilegio de tenerla por espacio de 6 años a partir de 1548, estableciéndola en la casa llamada de las Campanas. Muere en 1561.
[9] Falta referencia
[10] Op. Cit. Medina. pp. 73
[11] pp. 76
[12] Doctrina Cristiana en lengua española y mexicana por los religiosos de la orden de Santo Domingo. Colección de Incunables Americanos. Volumen. I. Madrid: Ediciones de Cultura Hispánica, 1944. (prólogo por don Ramón Menéndez Pidal)
[13] Medina, José Toribio. La imprenta en México (1539-1821). México: UNAM, 1989 (edición facsimilar tomo I)
[14] García Icazbalceta, Joaquín. Bibliografía mexicana del siglo XVI: catálogo razonado de libros impresos en México de 1539 a 1600, con biografías de autores y otras ilustraciones, precedido de una noticia acerca de la introducción de la imprenta en México. México: Fondo de Cultura Económica, 1954, 581 p.
[15] Beristáin de Souza, José Mariano. Biblioteca hispano americana septentrional; o, Catálogo y noticias de los literatos que o nacidos o educados, o florecientes en la América Septentrional Española, han dado a luz algún escrito, o lo han dejado preparado para la prensa, 1521-1825. México: Editorial Fuente Cultural, 1947, 8v.