Fermer / Cerrar / Close Informations Télécharger / Telecargar

Escuela Superior de Ciencias Sociales

 

PARÍS

 

 

 

 

CÓDICE XÓLOTL

 

ESTUDIO DE UNO DE LOS  COMPONENTES DE SU ESCRITURA: LOS GLIFOS

 

DICCIONARIO DE ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LOS GLIFOS

 

 

TESIS PARA EL DOCTORADO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

 

 

Presentado por Marc Thouvenot

 

 

 

 

 

Bajo la dirección del Sr. J. SOUSTELLE catedrático de esta Universidad

 

 

1987

 

 

CODICE XÓLOTL

 

ESTUDIO DE UNO DE LOS COMPONENTES DE SU ESCRITURA: GLIFOS

 

DICCIONARIO DE ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LOS GLIFOS

 

 

TOMO

 

TEXTO

 

 

Marc THOUVENOT

 

Traducción: Lilia Morales Ocampo

Este trabajo esta dedicado a Joaquín Galarza y a los tlacuiloque.

 

Agradecimientos

 

 Desde hace doce años que conocí a Joaquín Galarza en su oficina del museo del Hombre, me ha ido transmitiendo durante nuestros frecuentes encuentros toda la experiencia que con tanta paciencia adquirió de la imagen azteca y además, él es actualmente mi director de Búsqueda en el CNRS (Centro Nacional de Búsqueda Científica Francés). Desde un principio él intentó, aunque no estoy seguro de que lo haya logrado, operar, según una de sus fórmulas, un "descentramiento de mi mirada occidental". En todos estos años Joaquín Galarza ha consagrado verdaderamente mucho de su tiempo al códice Xólotl, ya sea mediante reuniones o en el marco de sus seminarios sobre la escritura, a los que por cierto, he participado desde 1982 en compañía de Uldarico de Silvestri, Martine Fettweiss y Anne-Marie Wohrer. A él no sólo le debo los conocimientos que me ha transmitido oralmente sino también aquellos que he recibido por medio de sus publicaciones, así como el apoyo moral que constantemente me brindó a pesar de algunas dificultades. El hecho de haberme alentado siempre, en momentos en los que dudaba sobre este trabajo, me fue de gran ayuda. Espero que a cambio, él encuentre en este estudio todo lo que me ha aportado.

También, y de manera muy particular, le envio todos mis agradecimientos al Señor Jacques Soustelle, Director de esta Tesis, a cuyos seminarios asistí durante varios años en la escuela “Pratique des Hautes Etudes”.

Sus cátedras fueron para mí una valiosa introducción al México antiguo y le agradezco por toda la libertad que siempre me dejó en mi trabajo de búsqueda.

 

La tercera persona a quien le debo mucho es a Jacqueline de Durand-Forest, a quien conocí en el Seminario del Sr. Jacques Soustelle. Durante muchos años, encontré en ella alguien con quien siempre pude hablar de diversos temas relativos a la civilización azteca y pude asistir a sus clases de Náhuatl en el EPHE. Sus clases fueron muy estimulantes para la introducción de esta lengua que es tan fundamental para este estudio.

Estas tres personas, cada una a su manera, contribuyeron con este estudio.

También les debo las gracias a todos aquellos que de alguna manera u otra apoyaron mi labor:

- A los conservadores de la Biblioteca Nacional quienes siempre me permitieron consultar el códice Xólotl bajo las mejores condiciones, así como a los de la Biblioteca del museo del Hombre por las publicaciones.

- A Laurence Bogeard, a Jacqueline de Durand-Forest, a Marc Eisinger, a Martine Fettweis, a Joaquín Galarza, a Jesús F. García-Ruiz, a H. Harvey, a Patrick Losbre, a A. López-Austin, a H.B. Nicholson, a Jeannette Peterson, a Hans Prem, a Eloïse Quiñones Keber, a Rubén Romero Galván, a Georgette Soustelle, a Jacques Soustelle, a B.J. Williams, a Anne-Marie Wohrer quienes me proporcionaron, me prestaron, e incluso me hicieron llegar o me dieron a conocer publicaciones.

- A Cristoph Himmighoffen quien tradujo del alemán algunos textos de K.A. Nowotny y H.J. Prem.

 

 

- A Marc Eisinger, a Jean-Pierre Hennequet y a Richard Pailhes que me hicieron descubrir la informática dándome así los medios para escapar de una asfixia segura. El primero, Marc Eisinger, me impulsó y me estimuló al realizar frente a mí búsquedas sobre el códice Florentino que por cierto él computarizó; el segundo, quien al mostrarme su micro-ordenador me hizo pensar que lo que Marc Eisinger realizaba en sistemas grandes podría realizarse con medios más reducidos y, por fin, las discusiones con R. Pailhes acabaron por convencerme. Por otro lado, la computarización se facilitó gracias al contacto tan agradable que siempre tuve con todo el equipo de la empresa Micronim.

-A Jacques Soustelle y a Joaquín Galarza quienes leyeron la primera versión de este estudio y quienes me hicieron algunas observaciones, así como a Christophe de Beauvais quien también tuvo en sus manos una parte.

- A Babette Ilinski quien, afortunadamente, hizo que numerotara las páginas del catálogo.

- A Dominique Petit del centro de impresión CTP de Montpellier quien se encargó de la impresión del texto así como a Jean-Marie y a la Señora Gallardo de ”Copies Service” quienes se ocuparon de todas las fotocopias y del engargolado.

- A las editoriales AH y Flammarion que le propusieron al artesano-fotógrafo que yo era, un trabajo durante los cuatro primeros años de este estudio. A los contribuyentes, quienes por conducto del CNRS me solventaron el estudio con una remuneración durante este periodo y, con un salario los seis años consecutivos.

 

- A mis padres que me reciben siempre que voy a trabajar a París.

- A la pastora del Valle, gracias a quien este trabajo pudo lograrse ya que tengo la suerte de compartir su existencia.


INTRODUCCIÓN

 

El Códice Xólotl es uno de los manuscritos pictográficos mexicanos conservado por la Biblioteca Nacional de París[1].

Este abarca casi cuatro siglos de la historia de la ciudad de Texcoco y de las ciudades contiguas como Huexotla, Cohuatepec, Cohuatlichan y Tenochtitlan. Los relatos que contiene este documento empiezan en 1068 y terminan en 1429. Los personajes principales de esta historia son los soberanos que se sucedieron en la cidudad de Texcoco conocidos como: Xólotl, Nopaltzin, Tlohtzin, Quinatzin, Techotlalatzin, Ixtlilxochitl y Nezahualcoyotl.

Esta historia está escrita en imágenes sobre diez láminas. Y a su estudio es al que hemos consagrado diez años. Pero en este ensayo, sólo se evocará una fracción de esas imágenes; aquellas que corresponden a los dibujos que tradicionalmente se llaman glifos. Si detenemos nuestra mirada ante cualquiera de las láminas (Tomo: Codificación)  podemos observar inmediatamente que los dibujos se dividen en tres tipos: personajes, diferentes tipos de uniones y lo demás, es decir los  glifos.

Los glifos del códice Xólotl se estudiaron con el objetivo de crear un diccionario a partir de los elementos que lo constituyen así como una gramática. Ambos trabajos permitirán por una parte que se completen las lecturas propuestas en los estudios que éste códice ha suscitado y por otra parte que se den las bases para leer glifos de otros documentos pictográficos en lengua náhuatl, lengua de los aztecas y de otras poblaciones de la altiplanicie. Por razones de temporalidad y otras relativas al caracter resistente de la materia estudiada, sólo la primera parte del objetivo será tratada en el estudio siguiente, la sintaxis de los glifos queda por consiguiente en gran parte por definir.

No se abordará en ningún momento el contenido del códice, puesto que no fueron las informaciones que encierra este documento las que llamaron nuestra atención sino únicamente la manera como estas informaciones fueron transcritas. Si se escogió este documento para intentar realizar un diccionario de elementos constitutivos de los glifos, no son sin embargo, los temas abordados los que guiaron nuestra elección sino más bien, algunas condiciones que favorecieron tal proyecto:

-  Para empezar este códice es completamente de hechura tradicional.

-  También porque lo poseía uno de los soberanos de los descendientes de Texcoco, Fernando de Alva Ixtlilxochitl. Este último escribió la historia de su ciudad enriqueciéndola con citaciones extraídas del códice Xólotl, que fue una de sus principales fuentes.

- Además se trata de un documento importante al nivel cuantitativo. Lo constituyen más de diez láminas de aproximadamente 40X50cm, incluyendo varios millares de elementos dibujados.

- Igualmente el hecho de que las laminas estén conservadas en la Biblioteca Nacional de París hizo posible que se facilitara bastante la indispensable y regular consultación del original.

- A la par, una copia del siglo XVIII se encuentra también en la Biblioteca Nacional. Esta copia aporta algunas informaciones sobre las partes del códice Xólotl que se encuentran dañadas.

- y por fin, el hecho que algunos estudios acerca de este códice hayan sido publicados aunque a pesar de todo el más importante, el de C.Dibble, haya sido considerado como una mera introducción por su autor[2].

Por todas estas razones el códice Xólotl fue escogido como documento para tratar de comprender mejor, siguiendo los pasos de los trabajos de J. Galarza, la escritura azteca y proporcionar un instrumento de trabajo a aquellos que directamente se interesen en este tema o también simplemente a los que utilicen las fuentes originales en sus búsquedas acerca del pasado de la población de lengua náhuatl.

Ya, en algunas líneas precedentes, las palabras  "escribir", leer" y sus sustantivos correspondientes han aparecido y serán regularmente utilizados a lo largo de este texto. No tenemos la intención en este estudio de entablar un debate con el fin de saber si los dibujos del códice Xólotl constituyen o no una escritura. Aunque para responder a esta hipótesis, queda firmemente claro que para nosotros los dibujos sí constituyen una escritura y es por esta razón que emprendimos este estudio y que nada de lo que resulte hará que cambien nuestras convicciones. Pero tal vez las convicciones no basten para justificar la utilización de una terminología en particular, la de la escritura. En lugar de buscar en numerosas definiciones que existen sobre la escritura y escoger la que mejor nos convenía para justificar el empleo de esas palabras, preferimos enfocar nuestra búsqueda hacia los letrados aztecas del siglo XVI, personajes que tenían no sólo el inmenso privilegio de conocer sino también el de practicar las dos escrituras, la pictográfica y la de caracteres latinos, y preguntarles: ¿cuáles son las palabras que utilizarían en su lengua materna para  expresar las palabras "leer, escribir, libro, lectura, escritura" cuando hablan de documentos pictográficos, y cuando evocan documentos escritos en caracteres latinos? El estudio de diccionarios y de textos proporciona una respuesta clara a esta pregunta: Las palabras eran idénticas[3]. Si los letrados aztecas utilizaban la misma terminología ¿en nombre de qué conocimiento o por qué tendríamos que reaccionar de otra manera?

La escritura del códice Xólotl, y de manera más general la escritura azteca, está compuesta de imágenes que se sitúan en un punto de encuentro entre el mundo sensitivo y la lengua náhuatl. Por un lado, éstas imagenes mantienen relaciones con lo real puesto que son figurativas y, por otro lado, con la lengua ya que transcriben valores fónicos cuya mezcla converge en un mundo de significados. El objetivo de este trabajo por una parte consiste en determinar los elementos constitutivos de los glifos y de sus valores fónicos, así como análizar la relación que estas imágenes mantienen con lo real y cómo se van instaurando los significados ; por otra parte, consiste también en organizar los resultados obtenidos bajo forma de diccionario.

La idea de crear un diccionario a partir del códice Xólotl no es nueva. Ya en 1940 C. Dibble había publicado un "Diccionario del Códice Xólotl"[4]. El diccionario estaba organizado por orden alfabético a partir de lo que él llama "Valor de composición" incluyendo para cada valor un dibujo del  "jeroglífico", su "nombre náhuatl", su "equivalente en español", un "ejemplo" es decir, la lectura de un glifo y el número de la lámina del códice de la cual se extrajo la lectura. Y contiene aproximadamente ciento cuarenta y cinco de los trescientos cuarenta y siete elementos que hemos determinado.

Existe otro diccionario titulado "The Identification and Interpretation of Name and Place Glyphs of the Xolotl Codex" publicado recientemente por C. McGowan y P. Van Nice[5]. Esta obra, cuya calidad en los dibujos es tal que a veces es muy difícil reconocer los glifos, presenta para cada lectura diferente un glifo, un desglose de la lectura con traducción en inglés y un remitente a las láminas del códice. De esta forma, el conjunto presenta quinientos cuarenta y nueve glifos por orden alfabético a partir de las lecturas propuestas por C. Dibble en 1951.

El diccionario que nosotros presentamos se distingue de manera radical de los precedentes dado que toda su organización se fundó en la imagen y no en las palabras. Por su concepción se inscribe en la corriente de los trabajos de J. Galarza quien durante su congreso de Americanistas de París escribió: "Los estudios deben hacerse tomando como base los 'dibujos', las 'imágenes', siempre en relación con la lengua. Y ahora más que nunca los necesitamos ya que nos damos cuenta de la carencia de catálogos, repertorios y diccionarios glíficos..."[6]. Este es el criterio que aplicó en todos sus trabajos y que aquí hallaremos.

Desde el punto de vista material este diccionario se compone de cinco tomos, cada uno puede comportar uno o varios volúmenes que se titulan:

-  Codificación

-  Catálogo

-  Texto

-  Listas

-  Documentos anexos

El tomo titulado Codificación contiene una reproducción dibujada de todas las láminas del códice así como un sistema de numeración que permite que se le atribuya a cada imagen un código. Es el tomo al que el lector tiene que reportarse cada vez que quiera visualizar el contexto de un glifo.

El Catálogo, núcleo de este trabajo, se compone de cuatro diccionarios de los cuales el primero se titula Gráfico, el segundo Temático Abreviado, el tercero Alfabético y el cuarto Temático General.

El Tomo Texto se compone, además de esta introducción, de tres partes: la primera está dedicada a la presentación del códice Xólotl, la segunda al método empleado en el análisis de los glifos y la tercera es un comentario acerca del Diccionario Temático General.

 El Tomo Listas presenta, bajo forma de ocho listas, la síntesis de los resultados obtenidos.

El Tomo Documentos Anexos consta de fichas de análisis de los glifos, la paleografía de los textos utilizados en náhuatl, el desglose de varias expresiones encontradas en náhuatl, una tabla de correspondencia entre nuestra codificación y la de C. Dibble y los programas que se concibieron para utilizar los datos en la computadora.

No se jerarquizaron las cinco partes citadas a fin de dejar la posibilidad de que se efectue una doble lectura del estudio. La primera lectura puede ser puntual que es la que correspondería con la vocación del diccionario y la segunda, continua, tarea que desempeñará el Tomo titulado Texto.

Originalmente este trabajo se concibió como una herramienta que está constituida por varias partes a la vez autónomas pero también ligadas. La organización de este trabajo tiene como objetivo permitirle a cualquier persona que se cuestione acerca de alguna imagen, ver fácilmente si este estudio del códice Xólotl puede aportarle informaciones. Su finalidad es la de un diccionario pero la materia –la imagen- que tiene que estar ordenada, modifica de manera radical la concepción y la clasificación tradicional. Cualquier usuario de un diccionario de lengua francesa por ejemplo, tiene al comienzo una palabra desconocida. Luego, la encuentra fácilmente gracias al orden alfabético de datos accediendo así a las diversas informaciones que se reunieron  en el vocablo que se busca. Como aquí se trata de un diccionario de imágenes el procedimiento es menos sencillo.

Para todos los usuarios de este diccionario, el acceso más conveniente se hace mediante el Tomo Catálogo y más particularmente mediante los Diccionarios Gráfico(DG), Temático Abreviado(DTA) o incluso por el Alfabético(DA). Dichos diccionarios son como puertas que corresponden con tres tipos de casos posibles. Cualquier lector que desee acceder a las informaciones que se recaudaron tendría que disponer de uno o de otro de estos datos:

-  de una imagen no-figurativa

-  de una imagen figurativa

-  de la designación náhuatl o francesa de la imagen e incluso de su equivalente fónico.

Si la imagen es no-figurativa, recurrirá al Diccionario Gráfico que reúne en algunas páginas los elementos que tan sólo por su forma no permite saber inmediatamente de cuál de los ocho temas mayores que se diferenciaron (Hombre, Fauna, Flora, Cosmos, Artefactos, Cifras, Formas y Colores), depende el elemento que se busca. Si el lector dispone de una designación o de un valor fónico en lugar de una imagen, entonces utilizará el Diccionario Alfabético que brinda tres listas ordenadas: la que designa los elementos, la de sus traducciones al francés y la de los valores fónicos. Estos dos diccionarios, Gráfico y Alfabético, le permitirán recaudar una información inicial que constituye la clave temática del elemento.

Esta clave, da acceso a varias áreas en donde se encuentran las informaciones, y principalmente al Diccionario Temático Abreviado, al que, si la imagen es figurativa, el lector puede acceder directamente. Este diccionario es temático puesto que los elementos, con sus variantes, están clasificados según los temas principales: Hombre, Fauna, Flora, Cosmos, Artefactos, Cifras, Formas y Colores. Es Abreviado, en comparación con el Diccionario Temático General, ya que en este, solamente figuran los elementos y sus variantes sin el contexto glífico en el que se inscribe.  Para cada elemento se dispone de una serie de informaciones: sus variantes, su clave temática, su designación con la traducción de las palabras náhuatl y el o los valores fónicos que puede transcribir.

Esta clave temática también permite que se acceda al Diccionario Temático General (DTG) que ofrece un mayor número de gráficos y de interpretaciones. Es temático, lo que significa que el criterio en el que se basa su organización es parecido al del Diccionario Temático Abreviado, y es general, ya que para cada elemento que se ha identificado presenta todos los casos que se encuentran en los glifos del Códice. Frente a cada glifo aparecen una serie de indicaciones: el código del glifo, su lectura, los elementos que lo constituyen,  y las palabras nuevas que se expresan en la lectura.

Esta misma clave temática permite finalmente, leer los comentarios que se consagran a cada uno de los elementos. En esta parte del Tomo Texto, están indicados los tipos de glifos en los que aparecen los elementos, el vínculo que mantienen con lo real, sus rasgos distintivos, la manera como figuran, sus valores fónicos, la justificación de estos así como, una parte de las lecturas propuestas para cada glifo. De ahí que el lector que quiera utilizar algunas des las listas; si no encuentra todos los datos requeridos en las diversas partes del diccionario, entonces, puede remitirse a los documentos anexos en donde consultará, en particular, la ficha analítica de cada glifo.

La clave temática desempeña un papel primordial al pasar de un tomo al otro del diccionario aunque no es la única que asegura esta función, el código de los glifos también desempeña dicho papel. Cada uno de los glifos está efectivamente designado por un código, este código es en particular el que permite situar cualquier glifo en la superficie del códice utilizando el tomo titulado Codificación.

El lector que desee conocer la significación que se le da a términos como elemento, valor fónico, glifo...etc se remitirá a la parte del tomo Texto llamado Método. Por otra parte, dicho tomo permite conocer cuales son los análisis subyacentes a los resultados que se mencionan en los diversos diccionarios, los comentarios y las listas.

Las diferentes partes de este trabajo son independientes las unas de otras y están únicamente vinculadas con puentes constituidos por las claves temáticas y las notas de los glifos para que el lector tenga la posibilidad de escoger entre los niveles de informaciones. El lado autónomo de estas partes hace que ésta herramienta se distinga de un diccionario tradicional. Pero también difiere por el hecho que todos los resultados expuestos –las designaciones de los elementos, lecturas y valores fónicos...etc- son de índole hipotética más o menos acentuada. Mientras que un usuario de un diccionario no duda en ningún momento de las informaciones que obtiene, contrariamente aquí convendría que los lectores dudaran y corrigieran, en caso necesario, los datos que se proponen.

A pesar de la idea preconcebida de hacer de este estudio un diccionario, las diferentes partes del Tomo nombrado Texto, conforman un texto ordenado. Este texto comienza con la presentación material del códice que evoca su apariencia actual, su origen y la manera como llegó de Texcoco hasta la Biblioteca Nacional de París, así como las reproducciones que se le hicieron. Este texto prosigue con un método explicativo, que indica cuáles fueron las etapas del análisis de los glifos y de los elementos que los constituyen, el medio para conseguir las lecturas y los valores fónicos. Cada una de estas etapas es un medio para justificar las cuantiosas elecciones que tuvieron que hacerse y formular, cuando sea posible, los resultados globales y las consideraciones generales. Esta explicación termina con breves indicaciones acerca de la manera cómo los datos, recaudados durante el análisis, se computarizaron.

La tercera parte del tomo Texto está dedicada a los comentarios que se hicieron para cada uno de los trescientos cuarenta y siete elementos determinados. El orden de los elementos prosigue evidentemente al del Diccionario Temático General al que está vinculado, el Diccionario y sus comentarios fueron concebidos para ser leídos de manera paralela. Estos últimos proporciona de manera sistemática, indicaciones acerca de la designación del elemento, su uso en el Códice, es decir, los diferentes tipos de glifos en los que se pueden encontrar, una descripción del elemento y de sus eventuales variantes que tienden a evidenciar los rasgos distintivos así como una puesta en perspectiva con lo real que permite comprender mejor la elección de estos rasgos distintivos, el tipo de figuración y el tipo de referente. Todas estas informaciones, junto con las lecturas que se proponen para todos los glifos en los que aparece un elemento, permiten, por consiguiente, indicar el o los valores fónicos que el elemento es capaz de transcribir. Luego, cada valor es analizado, valorizando las particularidades gráficas que le dieron origen, su lugar en las expresiones y los problemas causados por el sentido de la lectura. Estos comentarios tratan que sea más perceptible no sólo lo que creemos saber de los elementos constitutivos de los glifos, sino también, todo lo que ignoramos. Este proceder es válido en todo este estudio, pero en esta parte pusimos intencionalmente de relieve los hechos que escapan de nuestra comprensión, deseando que algún día puedan aclararse.

Una síntesis de los principales puntos desarrollados en estos comentarios se expone bajo forma de listas: Lista de glifos, de lectura, de elementos, de valores fónicos, de palabras nuevas, de elementos expresados con personajes, de valores no comunicados y una lista de colores. Dichas listas representan todos los puntos de vista de los datos que pudieron reunirse, puntos de vista que necesitarían ser desarrollados mucho más y de los cuales sólo se encontrará un esbozo en la parte de método.

 

Esperamos que, a pesar de cierto peso debido particularmente al soporte de papel, este diccionario será útil, utilizable y utilizado y que sus lectores podrán corregir los numerosos errores con los que se ha tachado y hacer así que surjan las numerosas incomprensiones que se ponen en evidencia.

 

 



[1]   El Códice Xólotl forma parte del fondo Mexicano de la Biblioteca Nacional de París. Está conservado en el departamento de manuscritos orientales bajo los números 1-10.

Cf. Catálogo de Manuscritos Mexicanos de la Biblioteca Nacional.  París 1899 y el catálogo de Códices mexicanos de la Biblioteca Nacional de París de J. Galarza, 1974

 

[2]   C. Dibble, 1951, Pág. 9

 

[3]   M. Thouvenot, 1986, Pág. 57-86

 

[4]   C. Dibble, 1940, Págs.114-128

 

[5]   C. McGowan y P. Van Nice, 1979, Pág.1-110

 

[6]   J. Galarza, 1979, Pág. 12